Palabras de Despedida para los niños de 6to.
Quiero iniciar estas palabras
agradeciendo primeramente a Dios por darnos la oportunidad de servir, a
nuestras distinguidas autoridades,
padres y madres, tutores, a todo el personal que integra esta escuela y en
especial a ustedes compañeros, por su amable presencia en esta anhelada
celebración.
Debo admitir que hablar desde
esta tribuna produce una emoción
especial pues hoy es un día simbólico donde
comienza una nueva etapa como egresados de la escuela primaria____________________________________.
De igual manera, nuestra eterna
gratitud hacia nuestros padres, esos que en un acto de amor incontable un día
nos concedieron el don de la vida y que hasta el sol de hoy la sustentan de
inmejorable forma. Considero oportuno traer a colación al poeta griego Homero,
el cual ciertamente diría: "Nada hay tan dulce como la patria y los padres
propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más
opulenta", queridos padres ustedes son, palabras más, palabras menos,
nuestro mayor tesoro.
Llegamos pues al punto donde lo
menos conveniente es escatimar elogios, es el momento de agradecer toda una
vida de sacrificios a nuestros maestros, son ellos los que tienen en sus manos
la más compleja de todas las labores, esa es, la de producir en el alumnado
amor y estima por el conocimiento, inspirar el deseo de aprender. Hoy desde lo
más profundo de nuestros corazones les agradecemos el haber hecho ejercicio
cabal de su labor, ustedes han dejado en nosotros una huella para la eternidad.
Amigos, sé que en estos momentos
el regocijo por la consecución de este logro nos embarga, hemos culminado,
luego de seis años de esfuerzo, un ciclo
dentro de nuestra vida de estudiantes, y esta circunstancia es meritoria desde
toda óptica, nada mejor que la satisfacción del deber cumplido, esta es la
indiscutible prueba de que una tarea llevada a cabo con rapidez y entereza
tiene su justa retribución y debe evocar en nuestra mente la idea de que
nuestro próximo esfuerzo nos traerá nuevas y mayores alegrías.
Hoy más que nunca, estoy
plenamente convencido que la etapa de la escuela primaria es la más hermosa de
la vida de una persona, es dentro de este lugar, nuestro segundo hogar, donde a
base de educación y valores, realmente se construyen los cimientos de una
persona de bien.
De la misma manera, es mi
primaria la cuna por excelencia de las
grandes amistades o como bien hemos demostrado a lo largo de nuestro recorrido
por la institución, es la cuna de las grandes hermandades.
En la víspera de nuestra
partida a secundaria, un recinto
educativo de espacios académicos completamente distintos, estamos colmados de
diversas emociones, de un lado, como ya comentaba anteriormente, el júbilo por
el deber cumplido y de otro lado la melancolía por tener que separarnos de las
personas con las que hemos compartido tantos años, vivido tantas experiencias y
aprendido tantas lecciones.
Jóvenes, este es el momento para
regocijarnos con todas esas bellas memorias de nuestro paso por la
primaria_________________, sé que no es fácil separarnos y sé que la vida nos
llevará por distintos rumbos, pero de igual manera sé que los lazos que nos
unen son más fuertes que la distancia y que el tiempo. Valoren los amigos que
han conseguido aquí, créanme, esos son los verdaderos.
Las mejores cosas se hacen cuando
existe plena convicción de querer hacerlas, no nos dejemos imponer las cosas,
somos lo suficientemente autónomos para hacer valer nuestros intereses frente a
los demás. Nos dice Facundo Cabral: "Haz sólo lo que amas y serás feliz, y
el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará
cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente."
Amigos, aspiremos a ser buenas
personas, profesionales rectos y
artífices de un futuro mejor en todas las esferas de la vida. Así, cuando por esas circunstancias del
destino volvamos una vez más, caminaremos
por estos pasillos, entre la abundante
arboleda y al llegar al Patio del Cañón,
sabremos que somos personas íntegras, consecuentes con los valores que nuestra universidad nos ha
dejado.
Dice un adagio popular que
"no hay cosas imposibles, hay hombres incapaces", les exhorto a que
cumplan todas las metas que se tracen en su vida, demuestren a esta corrompida
sociedad actual que las cosas pueden cambiar, pero no se relajen en el camino,
esmérense al máximo, les advierto que para empezar un gran proyecto hace falta
valentía, y sé que eso tienen de sobra, pero para llevar a feliz término dicho
proyecto se hace necesaria una inmensa dosis de perseverancia.
He dicho gracias.
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